...en el origen siempre hay un faro, una luz proyecta nuestras vidas como un relámpago que abre brecha entre dos oscuridades. Esta vez, Fuencaliente disparó en la noche una columna de hombres en busca de otro crepúsculo. Recuerdo esa subida sinuosa, abriéndome paso entre las piedras, rocas vomitadas por el Teneguía, por la ceniza divina del centro de la tierra. No apuré esos 26 kms hasta el Pilar. Los llevé sereno mientras despertaba la mañana. Aguanté algún calambre en las subidas, los ignoré como me olvidé del calor que habría de llegar.
4horas y 18 minutos y entro en el Pilar, tiempo discreto, aceptable para la larga marcha. Apenas descanso en el avituallamiento, bebo agua y sigo. Alberto camina ahora conmigo, un chico de Telde. LLevamos buen ritmo. Al poco, (km 34), 3er avituallamiento, esta vez de agua. Ahora si hace estragos el calor. Un compañero abandona, no puede más... Y llega la subida del Reventón, verticalidad, puñetera escalera hasta el Pico las Nieves. Alberto se adelanta, yo despacio, tranquilo, dosifico, me conozco. Apurar significa no sobrevivir. La carrera esta hecha más para la mente que para los miembros. Cada vez que el camino se adentra hacia el interior de la Caldera aparece el infierno, las llamas, el sofoco. Cada vez que sale de ella un chorro de aire fresco me señala el paraíso. Y así hasta el 4º avituallamiento, algo más arriba del Refugio. Aquí también abandona otro atleta. La lipotimia , el golpe de calor es el mal del día. Antes de alcanzar el Pico de las Nieves me alcanza Marta Prats, va rápida, cómoda, bien. Le sigue Eugenia Castro que no le puede seguir el ritmo. 10 km hasta el Roque de los Muchachos. Exageran, no es tanto, 6 a lo sumo. Continuamos por el tobogán, arriba, abajo, arriba, abajo. Llego, por fin, a los 57 km, el Roque junto a las cúpulas que escrutan los cielos. El sonido del chip te avisa que acabas de superar un infierno. Me refresco junto a Alberto y Eugenia. Pruebo la sandia, el melón, la ciruela y continuamos. Aún quedan subidas y bajadas. Luego la Gran Bajada, pedregosa ,cabrona , con ganas de joder. El calor aumenta, aquí ya no hay brisa. Parecemos estar en una olla express. El sol da en la cara con una fuerza titánica. Y el siguiente avituallamiento esta en el Time, a 12 km. Esta parte fue la más dura para mí. Me desesperaba por encontrar un tanque y tirarme en pelotas.Observaba entre las parras por si veía un tarjea. Nada. Cuando llego al Time, estoy deshidratado. Me baño literalmente, meto la cabeza en el cubo mientras una chica me refresca la espalda una y otra vez. La temperatura del cuerpo tiene que bajar. Aquí nos sigue Eugenia quien se despide hacia Tazacorte. Alberto y yo decidimos ahora caminar la bajada, recuperar y no maltratar los cuadriceps. Perderemos tiempo pero no la salud. Y vemos Tazacorte en las alturas. La bajada por la ladera me recuerda un bloque de 20 pisos. Bonita entrada en el municipio. La gente aplaude, reconocen el esfuerzo. último avituallamiento líquido. Repostamos, bebemos un jugo y esta vez nos acompaña Angel que descansaba mientras tanto. Natural de las Palmas su físico es el de un 4x4. No en vano trabaja de bombero. Los 6 kms hasta los Llanos pasa por una subida de 300 metros. Una vez lograda sólo queda un kilometro llano hasta la meta. 50 metros de alfombra roja como en Hollywood festeja la llegada. Bien, esto ya esta hecho. Ahora trotamos un poquito para la foto. Hemos vencido al fuego.
4horas y 18 minutos y entro en el Pilar, tiempo discreto, aceptable para la larga marcha. Apenas descanso en el avituallamiento, bebo agua y sigo. Alberto camina ahora conmigo, un chico de Telde. LLevamos buen ritmo. Al poco, (km 34), 3er avituallamiento, esta vez de agua. Ahora si hace estragos el calor. Un compañero abandona, no puede más... Y llega la subida del Reventón, verticalidad, puñetera escalera hasta el Pico las Nieves. Alberto se adelanta, yo despacio, tranquilo, dosifico, me conozco. Apurar significa no sobrevivir. La carrera esta hecha más para la mente que para los miembros. Cada vez que el camino se adentra hacia el interior de la Caldera aparece el infierno, las llamas, el sofoco. Cada vez que sale de ella un chorro de aire fresco me señala el paraíso. Y así hasta el 4º avituallamiento, algo más arriba del Refugio. Aquí también abandona otro atleta. La lipotimia , el golpe de calor es el mal del día. Antes de alcanzar el Pico de las Nieves me alcanza Marta Prats, va rápida, cómoda, bien. Le sigue Eugenia Castro que no le puede seguir el ritmo. 10 km hasta el Roque de los Muchachos. Exageran, no es tanto, 6 a lo sumo. Continuamos por el tobogán, arriba, abajo, arriba, abajo. Llego, por fin, a los 57 km, el Roque junto a las cúpulas que escrutan los cielos. El sonido del chip te avisa que acabas de superar un infierno. Me refresco junto a Alberto y Eugenia. Pruebo la sandia, el melón, la ciruela y continuamos. Aún quedan subidas y bajadas. Luego la Gran Bajada, pedregosa ,cabrona , con ganas de joder. El calor aumenta, aquí ya no hay brisa. Parecemos estar en una olla express. El sol da en la cara con una fuerza titánica. Y el siguiente avituallamiento esta en el Time, a 12 km. Esta parte fue la más dura para mí. Me desesperaba por encontrar un tanque y tirarme en pelotas.Observaba entre las parras por si veía un tarjea. Nada. Cuando llego al Time, estoy deshidratado. Me baño literalmente, meto la cabeza en el cubo mientras una chica me refresca la espalda una y otra vez. La temperatura del cuerpo tiene que bajar. Aquí nos sigue Eugenia quien se despide hacia Tazacorte. Alberto y yo decidimos ahora caminar la bajada, recuperar y no maltratar los cuadriceps. Perderemos tiempo pero no la salud. Y vemos Tazacorte en las alturas. La bajada por la ladera me recuerda un bloque de 20 pisos. Bonita entrada en el municipio. La gente aplaude, reconocen el esfuerzo. último avituallamiento líquido. Repostamos, bebemos un jugo y esta vez nos acompaña Angel que descansaba mientras tanto. Natural de las Palmas su físico es el de un 4x4. No en vano trabaja de bombero. Los 6 kms hasta los Llanos pasa por una subida de 300 metros. Una vez lograda sólo queda un kilometro llano hasta la meta. 50 metros de alfombra roja como en Hollywood festeja la llegada. Bien, esto ya esta hecho. Ahora trotamos un poquito para la foto. Hemos vencido al fuego.
