viernes, 11 de abril de 2008

la soledad del atleta




...esta es una constante, una categoria metafísica del hombre que corre. La soledad se predica casi obligatoriamente del sujeto que vemos pasar aventurándose en la carretera, en los senderos del bosque, del que recorre el parque alargando la zancada...intuimos que su mente juega con el tiempo a un eterno reto para ganarle los segundos, que cada gota de sudor nace de esa dialéctica para muchos absurda, para él de una lógica aplastante: hay que triunfar sobre el crono, devorar pronto el minutero para transformar el dolor en gozo, la fatiga en el placer del que triunfa.



Pero esa intuición no es la única, existe otra lectura que no exluye la primera: se corre también para disfrutar el instante, para meditar, para huir de los azotes del tedio; buscamos esa soledad dinámica, ese espacio en movimiento. Cada madrugada, cada atardecer adelantamos algo más el paso, oteamos el horizonte y marchamos con la sombra a cuestas de nuestras ilusiones.



La razón y la pasión, la prudencia y la aventura. No olvidemos esa humana comunión.

1 comentario:

anita (la gurisa) dijo...

NO te das una idea lo que yo disfruto la soledad cuando corro, mi cabeza se va a la estratosfera y vuela, me encanta!

un beso!